Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

10:10

10:10 de la mañana, a la espera de descubrir si el dìa merece la pena.
Pleno agosto y domingo, pocos transeuntes y sin prisa, los coche no discrepan, sobra asfalto, el mismo que en pocas horas arderà y en mis oidos canciònes que se pelean por despertar recuerdos.
Ideas confusas o quizà sòlo ideas y la confusiòn sea mia, detràs de la mùsica sòlo silencio, hoy la ciudad parece una coreògrafia dispersa, arte abstracto, en cualquier otra estaciòn del año esto no pasa, al menos no aquì.
La boca de metro escupe gente cada pocos minutos, que mundo tan fascinante, el subterràneo, cada cual con sus historias, sus pensamientos y cicatrices, de un lado para otro como hormigas a los hormigueros que siguien el rastro marcado por las anteriores, una ciudad en tres alturas.
Mar,tierra, aire...gran juego infantil, en realidad todos los juegos infantiles lo son, declaro la guerra a mi peor enemigo que es:....  y a correr, màs simple imposible, que alguien te traiciona pues no le hablas media hora, tomar decisiones transcendentales a pares y nones, comba, chapas, canicas, peonza, diàbolo, tener la seguridad absoluta de que la tijera y la papelera pueden al papel, el papel a la piedra y la piedra a la tijera y ser capaz de defenderlo con tu vida si fuese necesario, sacar el fajo de cromos y negociar como si de tu herencia se tratara, te portas mal, copia cien veces y en paz.
En la calle lle
ciento cua – tro tro
ha ocurrido do
un asesinato to
una vie – ja ja
mató a un ga- to to
con la pun – ta ta
del zapa – to to.
Ser policia por tener un silvato o el jugador mejor pagado por una victoria dos minutos antes del final del recreo.

Definitivamente deberìa ser al revès, como El curioso caso de Benjamin Button para disfrutar, con la sabiduria necesarìa, la mejor etapa de la vida.

Empieza a hacer calor.

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