Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Infinitas oportunidades

 Aunque sólo veamos amanecer una vez, en el ecuador de la Tierra lo hace infinitas veces durante el día, en los polos dos,  en la estación espacial dieciséis...


   Conclusión: cuando te levantas con el pie torcido o es el día el que te tuerce el pie siempre se puede esperar el siguiente amanecer y volverlo a intentar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario