Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Palabras


  Hay palabras que atrapan, palabras que duelen, que animan, que arañan, palabras de ensueño, sinceras, las hay retorcidas y mal interpretadas, absurdas y perfectas, palabras lentas, que huelen o empujan, palabras traidoras, esquivas, bonitas, escuetas, correctas, caprichosas, juguetonas, palabras reinventadas, que se andan por las ramas, reveladoras, chistosas, palabrotas, idóneas, torpes e idiotas, palabras aisladas, escurridizas, dolorosas, desconocidas, olvidadas, concretas, de apoyo y sumisas, palabras susurradas y gritadas, palabras lloradas, amadas, gravadas, palabras secretas, extrañas, palabras trabadas, cantadas, nobles y villanas, agudas, compuestas y raras, dictadas, caóticas, ordenadas, vergonzosas, escritas, juguetonas, mojadas, leídas, perdidas y encontradas, hay palabras capicúa, malhumoradas, palabras clave y antiguas, las hay de colores, impersonales y de raza, existen las palabras al azar, las atropelladas, prestadas y llevadas por el viento, las somnolientas e incomprensibles, tozudas, inquietas y cantadas, tenemos las extranjeras, las borrachas, palabras terapéuticas e inexactas, las hay entrelazadas y huérfanas,  imaginadas, pintadas, mitificadas, dichas y escuchadas...

Es fascinante cuanto puede llegar a caber en un silencio.

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