Es curioso lo oscuro que puede tornarse el día cuando los pies se olvidan de caminar y recurren al constante tropiezo. Días de eclipses espontáneos, anocheceres precipitados, tediosos, fríos, de extensión desconocida, precipicios vertiginosos y ecos de una voz tan desconocida como tuya.
Somos capaces de reponernos ante cualquier situación excepto una, aun cuando nuestras fuerzas flaquean y creemos haber alcanzado el límite, con esfuerzo lo conseguimos superar y orgullosos reaprendemos a caminar, pasito a paso, con caídas, moratones y heridas.
Un día nuestro cuerpo nos sorprende de nuevo erguido, soportando el peso de lo aprendido, lo llorado y con ganas de más.
Nos enseñan los libros, profesores, familia, prácticamente todo cuanto nos rodea pero a menudo nos olvidamos de nosotros, somos lecciones con pulso, con errores que debemos corregir, tachones, correcciones y anotaciones a pie de página, posit de colores, palabras subrayadas, en negrita, cursiva, mayúscula, todas importantes, todas necesarias.
Somos imprescindibles en nuestra vida, cuidémonos, querámonos y respetémonos para que, cuando aparezca ese alguien que este dispuesto a que su historia y la nuestra compartan estantería, sea merecedor de ello.
Vivimos en una cuenta atrás, elegid bien.
Te parecerá una absurdez...pero ayer pensé en esa palabra "Tedio" y pensé: Qué poco se utiliza y qué mucho se siente.
ResponderEliminarMuy bonito tu blog...
Tienes razón, se siente mucho... Gracias María, me alegro que te haya gustado mi rinconcito. ¡Serás bienvenida siempre que quieras!
ResponderEliminar