Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Tedio

 Es curioso lo oscuro que puede tornarse el día cuando los pies se olvidan de caminar y recurren al constante tropiezo. Días de eclipses espontáneos, anocheceres precipitados, tediosos, fríos, de extensión desconocida, precipicios vertiginosos y ecos de una voz tan desconocida como tuya.
 Somos capaces de reponernos ante cualquier situación excepto una, aun cuando nuestras fuerzas flaquean y creemos haber alcanzado el límite, con esfuerzo lo conseguimos superar y orgullosos reaprendemos a caminar, pasito a paso, con caídas, moratones y heridas.
 Un día nuestro cuerpo nos sorprende de nuevo erguido, soportando el peso de lo aprendido, lo llorado y con ganas de más.
 Nos enseñan los libros, profesores, familia, prácticamente todo cuanto nos rodea pero a menudo nos olvidamos de nosotros, somos lecciones con pulso, con errores que debemos corregir, tachones, correcciones y anotaciones a pie de página, posit de colores, palabras subrayadas, en negrita, cursiva, mayúscula, todas importantes, todas necesarias.
 Somos imprescindibles en nuestra vida, cuidémonos, querámonos y respetémonos para que, cuando aparezca ese alguien que este dispuesto a que su historia y la nuestra compartan estantería, sea merecedor de ello.

 Vivimos en una cuenta atrás, elegid bien.


2 comentarios:

  1. Te parecerá una absurdez...pero ayer pensé en esa palabra "Tedio" y pensé: Qué poco se utiliza y qué mucho se siente.
    Muy bonito tu blog...

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón, se siente mucho... Gracias María, me alegro que te haya gustado mi rinconcito. ¡Serás bienvenida siempre que quieras!

    ResponderEliminar