Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Sin música

 Siempre quise aprender a bailar, hasta que entendí que no hace falta música, ni siquiera tener ritmo o los ojos abiertos, basta con moverte como te de la gana y a cualquier velocidad, acompañado o en solitario y a los que miren de mala manera les dices de mi parte que no tienen ni puta idea de baile, si te ves en peligro deja de hacer el tonto...

                                      ¡CORRE!

No hay comentarios:

Publicar un comentario