Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Sensaciones

Lo bonito de las sensaciones no es que te las cuenten, lo bueno es vivirlas, todas y cada una, incluso algunas simultáneamente, lo mejor es cuando sientes tantas cosas a la vez que tu vocabulario se confiesa ridículamente corto y durante un tiempo convives con las ganas de gritar a cualquier cosa que se cruce en tu camino.
 Ese tiempo indeterminado es perfecto, aun sabiendo que llegará su final es perfecto porque mientras dura nos creemos capaces de cualquier cosa, como si algunos sentimientos nos dieran poderes sobrehumanos creemos que su existencia hace que el resto de el tiempo merezca la pena esperar y nos olvidamos de que el tiempo que pasamos esperando puede ser igual de maravilloso si acertamos con la graduación correcta.

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