Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Mariposas

De pocas cosas tenemos la certeza absoluta.
Cuando nos despertamos y los tejados, las calles y los coches están nevados, cuando todo esta blanco hay dos cosas seguras: (la primera) hace un frío que pela, (la segunda) es un día distinto, al menos hasta que la nieve da paso al agua sucia.

 Hay cosas que duran tan poco que sólo cuando terminan somos conscientes de que han ocurrido, da igual de que se trate, da igual porque todas tienen algo en común, el mismo segundo en el que finalizan las convierte en pasado.

De nada sirve intentar cambiar lo que ya ha terminado, lo bonito, lo grande, lo inmensurable es conseguir que alguien hable de nosotros en presente, cuando alguien habla de ti con orgullo te sientes orgullosa, cuando alguien te mira y te traspasa, cuando alguien consigue, sin hablarte, explicarte que un mundo sin ti no sería un lugar habitable, inevitablemente empiezas a creer en el presente.

Las mariposas son para principiantes, el mejor beso no es el primero, son todos los demás, incluido ese, la sensación de coger de la mano a alguien por primera vez sólo pasa una vez porque con el tiempo, lo mejor de esa mano es reconocerla aun con las luces apagadas, es sentir que todo esta en orden porque tu piel esta junto a la suya y convertir una cama, por pequeña que sea, en un país independiente, con sus propias leyes y sus dos habitantes, compartiendo territorio con quien crees que te conoce tan bien como tú, hasta que un día te sorprende y descubres que te conoce incluso mejor.  

Cuando alguien te elige de entre tantos millones de personas para vivirte en presente lo único que se puede hacer es sentir porque cualquier otra cosa, por grandiosa que fuese, sólo lo estropearía.

1 comentario:

  1. Creo que es una de las cosas mas bonitas que he leído en mi vida...

    Yo :)

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