Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Tragando

A veces recibes un gopecito en el hombro que te devuelve a la realidad, puede doler más que un buen tortazo y cuesta asimilarlo, hoy es uno de esos días en el que he recibido uno de esos golpes y como me pasa pocas veces no sé que hacer, ni siquiera sé por donde empezar, peor aun, no sé si quiero empezar, se me han quitado las ganas de pensar a lo grande, hoy me siento pequeñita y mortal.

Las cosas pasan por un motivo, creer eso nos consuela pero cuando el motivo somos uno mismo nada te ayuda a digerirlo, ahora toca tragar hasta que un día me apetezca volver a crecer. 

Hoy me permito flaquear, presento mi dimisión, me rindo.

1 comentario:

  1. No me gusta verte flaquear...
    Pero si por un momento lo haces, sabes que yo lo hago contigo.

    Te quiero, no lo olvides.

    ResponderEliminar