Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Houdini

Voy a engañaros, pienso atarme las manos con la cadena más gorda que encuentre, la cerraré con tres candados (o cuatro o cinco), me sumergiré en el agua, miraréis fijamente el reloj, os preguntareis de que tamaño deben ser unos pulmones tan privilegiados, vuestra impaciencia dará paso a la preocupación y el asombro será absoluto cuando descubráis que yo ya no estoy.

No quiero huir...
Quiero escapar...

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