Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Quiero parar y sentarme, que se me acaben las ganas de andar o dejar de andar sin ganas, quiero abandonar tus recovecos, olvidarme de tus pasillos y dejar de recorrerte como quien recorre un laberinto buscando una salida inexistente.

Cada día cierro los ojos y sobre la palma de la mano dibujo con el índice lo que recuerdo de cómo llegué aquí, doblo cada esquina una y otra vez, retrocedo, ando sobre lo ya andando y lo único que veo es como otros logran salir.

Quiero salir de ti....

1 comentario:

  1. He vuelto.

    ¿Y si ya nada valiese realmente la pena?, gritar, pasa a ser alguna desesperación secundaria, bloqueadas tus palabras, se desvanecen. Y los susurros de tiempo son navajazos por la espalda…

    Violetcarsons.

    ResponderEliminar