Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

He vuelto a coincidir con esos ojos que absorben, esa mira cítrica que envuelve cada bocanada de aire y he esperado impávida por si me sorprendían mirandolos pero no hemos coincidido, hace mucho que no lo hacemos porque los tuyo estan inmóviles, impasibles ante cualquier estímulo exterior, así deben permanecer y así lo harán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario