Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.

Sòlo Alguien

 Me gusta mirar sin el tic tac, observar lo que me rodea sin prisa, sin nadie que me espere en ningun lugar, tomarme el tiempo necesario para asombrarme con la belleza de lo ajeno y os aseguro que no se tarda mucho.
 Sólo hay que ralentizar el paso, detenernos si lo consideramos necesario, alzar la mirada y esperar a que algo maravilloso suceda ante nosotros y sucede.
¡Vaya si sucede!

Me gusta el silencio, su constante sabiduria, su incansable paciencia y el tacto de sus verdades, incluso las que escuecen.
Me gusta dejar que inunde todos mis sentidos y divagar en él, soñar, soñar y soñar despierta con una libertad salvaje, tan antinautural como la toma de decisiones sin consecuencias.
 En el silencio absoluto no hay oidos indiscretos ni bocas frías, inexpertas o precipitadas.

 Sólo hay eso: silencio. 

Me gustan las conversaciones inteligentes, las que van a alguna parte o conllevan algun aprendizaje, no necesariamente académico.
Me gustan las personas que aportan, que suman, hablan en presente y se atreven a pensar en el futuro aunque éste último sea tan sólo los próximos cinco minutos.

 Me gusta... no, no me gusta. ¡Me fascina el mar! Me apasiona su olor, color, sabor, textura y sonido, me da paz, sosiego, nostalgia, ternura... Me gusta tanto que no le reprocho ser yo quien siempre tiene que desplazarse para verle, me sana rincones que nisiquiera su salitre alcanza.
El mar me gusta tanto como el otoño y como las casualidades, tambien las provocadas o como las gotas de lluvia tras los cristales, tanto como los dibujos que plasman las aves en sus migraciones, su coordinaciòn infinita.
Como las nubes vistas desde arriba.
Los campos inmensos de girasoles, amapolas, margaritas...
¡Las rosas azules!
El olor a hierba mojada.  
Tumbarme al sol con los ojos cerrados cualquier día del año que no sea verano.
Los cuentos.
Los besos.
La leche.
El sonido de la risa.
¡Volar!
El cine francès.
Levantarme sin despertador.
El calor de los abrazos.
¡Los finales felices!

Son innumerables las cosas que me fascinan casi tanto como observar, el silencio y el mar, sorprendentemente, en todo este tiempo, sòlo Alguien ha conseguido gustarme màs.

4 comentarios:

  1. Demasiadas coincidencias. Excepto lo último. A mí no me gustan los finales, ni creo en los finales felices. Por lo demás... da "miedito" jeje :) Hasta otra!

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    1. Da "miedito" jajajaja
      Yo pensaba como tú sobre los finales pero un amigo hace tiempo me dijo que algunos son necesarios. Asique puestos a elegir ¡me quedo con los felices! ;-)

      ¡Hasta la próxima!

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    2. No digo que algunos finales no sean necesarios, claro que lo son. Peeero, no me gustan jajaja

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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