¡Sht!
¡Callad!
¡Silencio!
Aquí llegas, con el paso apresurado y el aliento interrumpido.
No haré ruido que pueda tornar tu impenetrable seguridad en miedo, que te obligue a emprender la huida, no respiraré si eso te asusta, mantendré mi cuerpo inerte, observando en silencio tu contradictoria y seductora apariencia animal, definitivamente salvaje.
¡Sht!
¡Silencio!
Amoldaré mis huesos a los diferentes ángulos que me permitan examinarte camuflada desde la lejanía, desde la incredulidad sentiré temor ante cualquier atisbo de reacción humana que pueda devolverme a los días caducos, aquellos en los que tus expediciones por mi recuerdo eran más constantes y me plagaban de reproches y excusas poco más o menos ya olvidas.
¡Sht!
No sabrás que estoy, te dejaré marchar sin perturbarte, como solicitaste y merecemos.
Volverás al baúl alborotado de "Cosas de ayer", acumularás polvo hasta el día que te plazca volver a deambular por mi y me sentaré de nuevo en silencio, atónita, miedica, paciente, nerviosa, a la espera de la señal que me indique que ya te puedo volver a guardar.
Hasta la próxima vez.
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