Qué no daríamos por una hora más con quien ya no está, qué no daríamos por no sentirnos ni ser los culpables de su ausencia.


Suena algo,
son aplausos arropando un telón que esta bajando,
demasiado tiempo esperando otra función,
otro teatro,
y te marchas entre aplausos casi muertos,
agonizando.
Entre mi mundo y el tuyo un muro,
un abismo insalvable,
impenetrable
humanamente inalcanzable.
Entre tú y yo un telón
un escenario,
una función,
un sólo teatro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario